Ponferrada 5 de Noviembre de 2011
Estimado árbol:
Quiero darte las gracias por todo lo que hiciste por mí en aquellas vacaciones de 1976, en ese pueblo llamado Villasumil.
Aquel verano me enamore como loco de la mujer más hermosa de todas, y debajo de tu sombra me dijo que me amaba más que a su vida, pero al poco tiempo se fue para siempre y nunca más la volvería a ver.
También me quedan los buenos recuerdos de sus labios, los cuales eran cálidos y ricos.
Su mirada era la de una mujer enamorada y llena de deseo, el cual crecía cada día más en su interior.
Su voz era dulce como el agua clara y su alma era transparente, y cada vez que pronunciaba mi nombre sonaba como campanas en el cielo.
Qué pena sentí cuando te fuiste de mi lado y ya no puede disfrutar de aquellas caricias, de nuestros besos…, de todo lo que hacíamos juntos.
Bueno corazón siempre te tengo en mi alma hasta el día que volvamos a estar juntos.
Recibe un ramo de besos y mi corazón, de tu amado.
Descanse en paz.
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